Almadén de la Plata, encantador pueblo marcado también fuertemente por la vía de la plata... ya nada más entrar vislumbramos su famosa torre del reloj y su entramado paralelo de calles típico de su pasado minero, como llegamos a una hora razonable nos dirigimos al ayuntamiento, este se encuentra encastrado en los restos del castillo mudéjar de la localidad... allí nos reciben Guillermo y Jose, Concejales de deporte y medio ambiente, a los que entregamos el manifiesto por el Parque Natural Sierra de Córdoba y nos manifiestan su apoyo e interés por la causa, mil gracias! y no solo eso, sino que sufragan nuestra estancia en el albergue municipal de peregrinos, allí nos recibe Nieves, que nos hace también de anfitriona y punto de información turística, gracias Nieves! El Albergue de peregrinos de Almadén tiene unas estancias grandes y está bastante bien equipado, y al igual que en el Real de la Jara, pese a no llevar credencial del camino de Santiago puedes alojarte por unos eurillos más. Y ahora a lo que más nos gusta, a degustar unos refrigerios y tapillas; no podéis pasar por Almaden sin visitar el bar Antonino, cerveza fresquista bien tirada, y unas ricas tapas caseras, como la carne asada y los garbanzos con espinacas. Y si se quiere gozar de algo más selecto, La Muralla, justo a las espaldas del ayuntamiento es ese sitio donde probar comida de calidad de la gastronomía de la zona, nosotros que andamos justitos elegimos la barra para probar un par de tapas y deleitarnos, ñam!
Y tras un leve paseo pero suficiente para sentir la calidez y la vida social de Almaden nos dirigimos dirigimos de vuelta al albergue que mañana toca madrugar y enfrentarse a 46 km. Gracias Almadén, merece visita distendida en el tiempo, por vuestra gente, vuestra gastronomía, por vuestras calles, y vuestro entorno, y una amplia red de senderos para disfrutarlo además del GR y la Vía de la Plata. Ha sido un placer conocerte.
Podríamos escribir esta etapa por el final, Cazalla de la Sierra es uno de esos pueblos donde se para el tiempo, blanco y radiante fue un alivio llegar al atardecer tras trece horas de caminata. Mochilas cargadas generosamente de agua, no hay ningún pueblo en medio. Vamos a adentrarnos en el GR48 màs duro y salvaje.
Empezamos a las 6:30, frontal y Luna. Salimos paralelos al arroyo varios kilómetros hasta el alba, casi todo es bajada hasta el arroyo Gargantafría. El ganado observa, se sobresalta a nuestra llegada y nos inquieta aún en plena oscuridad. Patrullas que van a trabajar se preguntan si somos peregrinos del Camino de Santiago despistados, pero no, sabemos cuál es el camino... Somos GR48.
[Las mochilas hoy haràn mella, 7 litros de agua aunque el día acompaña, soleado, 20 grados màximo y nubes algodonadas por doquier, pero hay que ir preparados. 46 km a pie un perfil de ruta casi vertical en varios kmes algo que nunca hemos afrontado, y los miedos existen aunque nos demos ànimos. Seguimos...
Pronto nos saluda el sol, entre fincas de vacuno y porcino. Esperamos que el día no acabe mal. Nuestras caras son ya reflejo del peso de nuestra espalda y aún no vemos el valle del Viar. Queda poco y a lo lejos aparece... Inmenso, bello y al alba. Es un sitio protegido con la màxima categoría. Reserva Natural. Valle amplio al fondo Melonares, pantano que abastece a Sevilla y en plena Rivera del Viar. Es el primer pantano europeo que su presupuesto para compensar el impacto ecológico supera al de su construcción.
Cruzamos su puente, islotes repletos de todo tipo de aves pajarraquean entre ellas, cientos, ànades, garzas y decenas de especies podemos ver y escuchar, un placer para los sentidos. Los reflejos de las primeras horas de la mañana, nos acompañan a lo que va a ser la subida a los Montes de Upa. 6 km de desniveles hasta el 12%... Estaba claro... Ese cerro que llevàbamos viendo horas, había que salvarlo subiendo.
El sol ya arriba, nosotros para arriba, horas de subida por pista forestal de pinos de repoblación y para compensar, vistas y más vistas. El valle del Viar del otro lado. Inmenso y dejàndonos ver qué tan sólo habíamos visto la cola del embalse.
Pista y pista hasta aproximadamente 24 km de recorrido, tan sólo la mitad. Unos cuantos más por dehesa hasta la antigua carretera de Almadén, que no parecía llegar. Los alcornoques nos cobijan en el almuerzo, fruta y poco más... Seguimos a asfalto y sin desnivel que tras horas de pista y subida hasta se agradece.
Ya no sabemos cuántos km de asfalto hasta el Arroyo Tamujar. Unos 15... Y el sol aprieta. Nuevo descanso en su puente para por fin pisar hierba. O no...
El track nos desvía al cauce del arroyo, primavera a tope, lo que imaginàbamos: vallas y alambradas a tope también. 40 km a pie y tuvimos que saltal 4 alambradas por el cauce del arroyo, ya no sabiàmos si esto era una broma de mal gusto o una prueba personal... No nos hizo ninguna gracia. A fin la carretera, la misma que dejamos unos pocos km antes y salimos a los viñedos de Bodegas el Galeón. Bello lugar pero los cuerpos ya al límite. El track da aún 7 km más, que decidimos por carretera pues ya no nos fiamos. Y tras un tú aquí y yo 500 metros atràs... Se deja ver Cazalla de la Sierra... Un oasis en un día que en ocasiones ha sido desesperante. Todo tipo de Dolores y achaques aparecen, pero Cazalla no tarda en borrarlos.